Estas son algunas, si comentan les pongo más:
Menos onda que bandera de chapa.
Menos onda que pelo lacio.
Menos cintura que paquete de yerba.
Menos onda que pelo de indio.
Menos onda que un renglón.
Menos onda, que el pelo de un chino.
Menos onda, que Kawasaki.
Menos reflejos que papel opaco.
Más nervioso que pescado en Semana Santa.
Más negro que talón de croto.
Más ordinario que canapé de polenta.
Más ordinario que diente de madera.
Más ordinario que inodoro de porland.
Más perdido que turco en la neblina.
Más pesado que barrilete de mármol.
Más pesado que chancho con cerveza.
Más pesado que collar de melones.
Más pesado que vaca en brazos.
Más pesado que tren a pedales.
Mas pesado que sopa de tuercas.
Más preocupado que Adán en otoño.
Más a los saltos que gato cuando están baldeando.
Más a los saltos que rengo en tiroteo.
Más aburrido que choque de tortugas.
Más aburrido que esuchar un partido de ajedrez por radio.
Más aburrido que jugar al doctor con tu hermana.
Más aburrido que marica en cabaret.
Más aburrido que pulga en pieza vacía.
Más agarrado que puerta de submarino.
Más agarrado que vieja en una moto.
Más agrandado que calzón de gorda.
Más agrandado que curriculum vitae.
Más agrandado que forro de burro.
Más agrandado que sorete en kerosene.
Más al pedo que guardabarro de lancha.
Más al pedo que teta de monja.
Más al pedo que timbre de cripta.
Más al pedo que bolas de fraile.
Más apoyada que molinete de subte.
Más apretado que piojo en costura.
Más arrugado que frenada de gusano.
Más arrugado que sobaco de tortuga.
Más asqueroso que cucharada de moco.
Más blanco que culo de monja.
Más caliente que negra en baile.
Más caliente que panza de parrillero.
Más cargoso que mosca de verano.
Más chupado que naranja de preso.
Más colorado que bragueta de ladrillero.
Más colorado que cuello de polaco.
Más colorado que culo de mandril.
Más colorado que talón de cartero.
Más contento que perro con dos colas.
Más cortito que viraje de laucha.
Más desubicado que alpargata arriba del piano.
Más desubicado que inodoro en el living.
Más desubicado que moco en la oreja.
Más desubicado que morcilla en ensalada de frutas.
Más desubicado que morrón en clericó.
Más desubicado que tortafrita en fiesta de quince.
Más difícil que cagar en un tubo de ensayo.
Más difícil que hacer gárgaras con talco.
Más difícil que limpiarse el culo con papel picado.
Más difícil que pellizcar un vidrio.
Más difícil que retroceder en ojotas.
Más perdido que gusano en manzana de plástico.
Más perdido que Jesús el día del padre.
Más perdido que marinero en Bolivia.
Más perdido que pedo en jacuzzi.
Más perdido que supositorio en el oído.
Más perdido que Tarzán en una reunión de consorcio.
Más perdido que teta en la espalda.
Más perdido que turco en la neblina.
Más pesado que collar de melones.
Más pesado que mudanza de herrero.
Más pesado que muestrario de yunques.
Más pesado que portaaviones a remo.
Más pesado que rosario de bochas.
Más pesado que sopa de mercurio.
Más preocupada que madre de torero.
Más resbaloso que chorizo en fuente de loza.
Más resbaloso que teléfono de carnicero.
Más salado que calzoncillo de pescador.
Más salidor que grande de muzzarela.
Más seco que pañal de muñeca.
Más seguidor que pedo de sobretodo.
Más solo que loco malo.
Más sudado que monja con retraso.
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